La temporada 2023 de Fórmula 1 llegó a su fin en el circuito de Yas Marina en Abu Dhabi, y la última carrera del año dejó sentimientos encontrados en el garaje de Mercedes-AMG. Si bien el equipo logró asegurar el subcampeonato del Mundial de Constructores, la actuación final en la pista no estuvo a la altura de lo esperado, y es que tanto los aficionados como el propio Toto Wolff, director del equipo, calificaron la cita como un desenlace algo "mediocre" para los de Brackley. Aun así, la satisfacción de superar a sus eternos rivales de Ferrari pesó mucho en el ánimo del equipo alemán.
La batalla por el segundo puesto en el campeonato estaba al rojo vivo en la previa del Gran Premio de Abu Dhabi. Mercedes llegaba con tan solo cuatro puntos de ventaja sobre Ferrari, lo que convertía cada posición en pista en una auténtica moneda de oro. Durante el fin de semana, la tensión se notaba no sólo entre los pilotos, sino también en el pitwall. A pesar de los esfuerzos de Charles Leclerc por mantenerse en la pelea, los puntos sumados por George Russell fueron cruciales para que la escudería alemana asegurase su objetivo principal después de un año complicado.
Desde el inicio de la temporada, Mercedes se encontraba en una carrera contrarreloj tratando de cerrar la brecha con el dominante Red Bull. Las actualizaciones introducidas a lo largo del año habían mejorado el rendimiento, pero nunca lograron materializarse en una victoria. Wolff fue claro: "Terminar segundos no es nada por lo que celebrar con banderas y fuegos artificiales, pero si consideramos el rendimiento del auto, es una pequeña victoria".
El director austríaco no dudó en señalar las áreas de mejora para Mercedes en 2024. Wolff admitió que el W14, el monoplaza de esta temporada, ha sido un coche "difícil de pilotar" tanto para Lewis Hamilton como para George Russell. Las principales debilidades se centraron en la falta de ritmo en ciertas curvas lentas y la inestabilidad en frenadas prolongadas. "Nos llevamos una gran lección este año. Cada error nos ha ayudado a construir una base más sólida para el futuro", afirmó. Sin embargo, destaca que el equipo nunca perdió la motivación ni la ética de trabajo, pieza clave dentro de la estructura de Mercedes.
En cuanto al rendimiento individual de los pilotos, Russell fue quien terminó el año con mejor pie, consiguiendo “salvar los muebles” en la última ronda y mostrando una madurez notable en condiciones de máxima presión. Hamilton, por su parte, reconoció el esfuerzo de todos pero espera una reacción mucho más contundente. El heptacampeón británico sigue siendo uno de los grandes activos de la escudería y su hambre de títulos sigue vigente de cara al próximo año.
Uno de los aspectos más comentados en el paddock fue la estrategia de carrera, especialmente la lucha estratégica con Ferrari. La decisión de Mercedes de prolongar los stints y ahorrar neumáticos al final resultó inteligente, aunque el ritmo no fue lo suficientemente alto como para desafiar a Red Bull o luchar por la victoria. A pesar de eso, la gestión del pitwall y del equipo en condiciones críticas demostró que la escudería tiene la experiencia necesaria para moverse en escenarios de alta presión.
Con el telón bajado sobre una temporada que ofreció emociones contrastantes, Mercedes ya ha centrado todos sus recursos en el desarrollo del W15. Los de Brackley tendrán la difícil tarea de acortar distancias con el imbatible Verstappen y Red Bull en 2024. Si los cambios prometidos surten efecto y logran capitalizar las lecciones aprendidas, los fanáticos pueden esperar un resurgir del gigante alemán y una competencia aún más emocionante la próxima temporada.