Lewis Hamilton ha dado señales positivas en el inicio del Gran Premio de Azerbaiyán, un circuito urbano infame donde el margen de error es mínimo y la velocidad máxima es uno de los grandes atractivos para pilotos y aficionados. Tras una temporada marcada por altibajos, Hamilton llega a Bakú con energías renovadas y una sonrisa que no siempre ha acompañado sus actuaciones más recientes. La razón de este optimismo reside en el rendimiento mostrado en las primeras sesiones, donde el Mercedes se mostró competitivo frente a rivales directos como Ferrari y McLaren.
El circuito de Bakú ha sido históricamente un desafío técnico, exigiendo precisión en las curvas cerradas y valentía en las rectas interminables donde se alcanzan velocidades de vértigo. Hamilton ha elogiado el trabajo de su equipo en la puesta a punto del monoplaza, destacando especialmente la mejora en el equilibrio, algo de vital importancia en un trazado tan impredecible. La escudería de Brackley parece haber dado un paso adelante en las actualizaciones aerodinámicas, haciéndose notar sobre todo en los sectores de baja velocidad.
Los primeros registros han situado a Mercedes en un contexto favorable, con el británico contento no solo por los tiempos de vuelta, sino también por el ritmo de carrera que ha sido más consistente respecto a sus adversarios. En sus declaraciones, Hamilton mostró confianza en el potencial del coche, aunque reconoció que no será fácil vencer la férrea oposición de Ferrari, que ha traído novedades al SF-24.
Por su parte, Ferrari ha demostrado que no piensa ceder terreno fácilmente. Charles Leclerc y Carlos Sainz han liderado varias tandas, y el equipo italiano ha trabajado intensamente durante las simulaciones de carrera para maximizar la durabilidad de los neumáticos Pirelli en las condiciones cambiantes de Bakú. Los focos también apuntan al joven Sainz, que ha firmado actuaciones sólidas en esta ciudad en temporadas anteriores, consolidándose como uno de los pilotos más regulares del paddock.
Uno de los aspectos técnicos más comentados ha sido la gestión del DRS en la larguísima recta principal, donde la velocidad punta es fundamental para adelantar o defender posición. Mercedes ha encontrado un equilibrio interesante entre carga aerodinámica y velocidad máxima, dotando a Hamilton de herramientas para luchar tanto en clasificación como en carrera. La evolución del W15 parece estar dando sus frutos, y la esperanza de escalar a los puestos de honor se percibe en cada conversación de boxes.
McLaren, por su parte, ha sorprendido con una puesta a punto diferente, apostando por una configuración de menor carga aerodinámica. Esto les ha permitido destacar en las rectas, pero han sufrido ligeramente en los sectores más revirados del circuito. Oscar Piastri y Lando Norris han mostrado destellos de velocidad, lo que sugiere que habría una batalla a tres bandas por el podio este domingo.
Para los aficionados españoles, la lucha de Sainz por superar tanto a sus rivales directos como a su compañero Leclerc será uno de los principales atractivos. Sin embargo, la experiencia y talento de Lewis Hamilton, combinados con las novedades técnicas del Mercedes, podrían dar sorpresas en las calles de Bakú. El trazado azerí nunca está exento de giros inesperados y, como demuestran las primeras sesiones, nos prepara para un fin de semana de máxima tensión y espectáculo al más puro estilo de la Fórmula 1. Si algo hemos aprendido de Bakú, es que todo puede pasar cuando las luces se apagan.