La escudería Racing Bulls, anteriormente conocida como AlphaTauri, ha demostrado ser una de las gratas sorpresas en la primera mitad de la temporada 2025 de Fórmula 1. Bajo la dirección estratégica de Laurent Mekies, el equipo ubicado en Faenza ha dado claras señales de desarrollo, combinando juventud y experiencia en su alineación y apostando por una filosofía técnica innovadora que les ha permitido estar por encima de las expectativas iniciales.
Yuki Tsunoda ha sido indiscutiblemente el protagonista del equipo. El piloto japonés, en plena madurez deportiva, ha dejado atrás las dudas de años pasados y se ha consolidado como uno de los talentos más consistentes de la parrilla media. Su capacidad para extraer el máximo del monoplaza incluso en condiciones adversas es digna de mención, logrando colocarse de manera habitual en posiciones de puntos y protagonizando duelos emocionantes con rivales directos como Alpine y Haas.
Al otro lado del garaje, Daniel Ricciardo ha vivido un inicio de temporada con altibajos. Aunque el australiano arrancó con el claro objetivo de recuperar el protagonismo perdido y demostrar que aún puede aspirar a asientos de equipos grandes, las primeras carreras le han costado más de lo esperado, presionado por el gran momento de Tsunoda. No obstante, Ricciardo ha sabido utilizar su experiencia para sumar puntos importantes para el equipo y guiar a sus ingenieros en aspectos clave de desarrollo.
Técnicamente, el monoplaza de Racing Bulls se ha caracterizado por una notable eficiencia aerodinámica y una sorprendente versatilidad. El trabajo realizado durante el invierno ha dado frutos principalmente en la gestión de neumáticos y el balance general del coche, factores fundamentales para competir en la ajustada zona media. Detalles innovadores en el alerón delantero y el difusor se han traducido en mejoras palpables en el ritmo de carrera y la fiabilidad.
Sin embargo, el punto débil del equipo ha sido la clasificación. Aunque el ritmo los domingos ha permitido remontadas espectaculares, partir desde posiciones retrasadas se ha convertido en un hándicap difícil de superar en algunas pistas. Este apartado está siendo intensamente analizado por los ingenieros, que ya planean nuevas actualizaciones para la segunda parte del año, orientadas a exprimir cada décima en la vuelta lanzada.
La estrategia de carreras también ha sido uno de los puntos fuertes de Racing Bulls. El equipo ha sabido leer las circunstancias variables de cada Gran Premio y se ha beneficiado en múltiples ocasiones de decisiones tácticas inteligentes con los pit stops, especialmente en condiciones cambiantes o bajo la amenaza de coches de seguridad. El trabajo en el muro y la coordinación con los pilotos están claramente en sincronía con los modelos de equipos punteros.
A nivel de gestión, la energía en Racing Bulls se percibe renovada. La apuesta por una combinación de juventud -con Tsunoda- y experiencia -con Ricciardo-, junto con personal técnico ambicioso, ha propiciado un ambiente de alta motivación. El proyecto, si bien todavía tiene ciertos aspectos que pulir, ya compite de tú a tú con estructuras establecidas y sueña con emular los años brillantes de Toro Rosso.
De cara a la segunda parte de la temporada, los aficionados de la escudería pueden ilusionarse. Si la progresión continúa y las actualizaciones dan el salto cualitativo esperado, no sería descabellado pensar en podios ocasionales en circuitos favorables e incluso en superar a equipos como Sauber o Williams en la clasificación de constructores. Sin duda, Racing Bulls está en el camino correcto y se ha ganado el respeto del paddock y el entusiasmo de la afición.
