La Fórmula 1 regresó a Las Vegas en medio de una atmósfera electrizante y una expectativa máxima por el estreno del nuevo trazado urbano en la famosa ciudad del juego. La segunda sesión de entrenamientos libres en el Gran Premio de Las Vegas estuvo marcada por múltiples interrupciones, sorpresas técnicas y un rendimiento destacado del joven piloto Lando Norris, que terminó liderando la hoja de tiempos. Esta FP2 fue crucial no solo para recuperar el tiempo perdido, sino para permitir que los equipos recolectaran los datos necesarios en un circuito completamente desconocido para pilotos e ingenieros.
El inicio del fin de semana no estuvo exento de problemas. La primera sesión libre terminó abruptamente luego de que una tapa de alcantarilla dañara el monoplaza de Carlos Sainz, motivo por el cual la organización se vio obligada a revisar la pista y aplazar la FP2. Este inesperado evento generó incertidumbre y frustración, tanto en los equipos como en los aficionados, que aguardaban ansiosos por ver a los monoplazas surcando el asfalto de Vegas bajo las luces de neón.
Finalmente, la FIA dio luz verde para disputar la FP2, con una extensión excepcional de 30 minutos adicionales para compensar el tiempo perdido. Pilotos y equipos salieron a pista con máxima cautela en los primeros minutos, comprobando que la superficie del circuito ofrecía muy poco agarre, resultado de la reciente reparación y de la novedad del asfalto urbano. Pronto, la mayoría de los equipos se embarcó en simulaciones de clasificación y tandas largas, intentando descifrar los secretos de este trazado de alta velocidad y largas rectas.
Lando Norris, al volante de su McLaren, brilló con luz propia durante la sesión, estableciendo el mejor tiempo y demostrando una adaptación impresionante al circuito. Su ritmo fue consistente tanto en vueltas rápidas como en simulaciones de carrera, lo que plantea una perspectiva cautelosamente optimista para el equipo británico de cara a la clasificación y la carrera. McLaren, que ha mostrado una evidente mejoría en la segunda mitad de la temporada, parece haber llegado a Las Vegas en plena forma, capitalizando cada oportunidad en un fin de semana atípico y plagado de incógnitas.
Detrás de Norris, le siguieron nombres habituales en la cima. Charles Leclerc y Max Verstappen lucharon por encontrar el equilibrio adecuado en circuitos urbanos, aunque no estuvieron exentos de dificultades. Ferrari mantuvo un ritmo prometedor, mientras que Red Bull optó por una configuración de baja carga aerodinámica, adaptando su estrategia a las características únicas del trazado. Incluso Mercedes, con Lewis Hamilton y George Russell, fue protagonista de varias tandas fuertes, aunque quedó en evidencia que aún buscaban respuestas sobre la correcta ventana de operación de los neumáticos.
La FP2 dejó claro que el gran reto para todos será la gestión del agarre y la temperatura en los neumáticos, en un asfalto que castiga rápidamente pero que también puede ofrecer oportunidades a quienes arriesguen con las presiones y las estrategias. El sector con las largas rectas promete ser escenario de adelantamientos espectaculares, amplificando la emoción de un Gran Premio que ya ha dejado imágenes memorables aún antes de la clasificación.
Los equipos saben que cada vuelta es una mina de datos en Las Vegas. La simulación y el análisis serán más importantes que nunca, ya que pequeños detalles pueden marcar la diferencia en la batalla por la pole y la victoria. Todos los ojos están puestos en Lando Norris, pero también en rivales consagrados como Verstappen y Hamilton, quienes seguramente desplegarán toda su experiencia para revertir la situación.
Con una ciudad totalmente volcada a la Fórmula 1, el espectáculo apenas comienza y la FP2 nos dio un adelanto de que el primer Gran Premio de Las Vegas en décadas será inolvidable. Los equipos todavía tienen trabajo por delante, y los aficionados nos preparamos para un fin de semana donde todo puede pasar en la pista más impredecible del calendario.