En la Fórmula 1, el más mínimo error puede costar una temporada entera. Por eso, cuando un director de equipo rival reconoce que otro equipo no podría haberlo hecho mejor, esas palabras cobran un valor especial. Así ocurre tras el Gran Premio de Abu Dabi, donde el equipo Red Bull no solo demostró su dominio incuestionable, sino que también recibió elogios inesperados de algunos de los líderes técnicos más experimentados del paddock.
La última carrera de la temporada en Yas Marina fue una vitrina perfecta del desempeño implacable de Red Bull. Max Verstappen selló su tercer campeonato mundial consecutivo en un fin de semana casi perfecto, pero no fue solo la destreza al volante lo que marcó la diferencia, sino la ejecución estratégica y técnica del equipo en condiciones de máxima presión. Las decisiones del muro de boxes, el control sobre la gestión de neumáticos y la capacidad de no dar margen a las sorpresas consolidaron a Red Bull como la referencia absoluta en la actualidad de la Fórmula 1.
Lo admirable de esta actuación fue, precisamente, la opinión compartida entre varias escuderías rivales. Muchos técnicos y responsables de equipo han reconocido abiertamente que, ante lo mostrado en Abu Dabi, era imposible superarlos. Estos comentarios no son comunes en un mundo tan competitivo, y realzan aún más lo logrado por los de Milton Keynes.
En comparación, equipos como Ferrari y Mercedes, quienes durante el año han intentado inyectar presión y poner en aprietos a Red Bull, se encontraron en Abu Dabi sin respuestas. A pesar de las mejoras en rendimiento y las intentonas estratégicas, el ritmo de carrera y la constancia de Verstappen y Pérez resultaron inalcanzables. El director deportivo de uno de estos equipos señaló que “aunque se hubieran tomado todas las decisiones perfectas desde nuestro lado, el resultado era inevitable; Red Bull simplemente fue superior”.
Un aspecto determinante para esta diferencia radica en la gestión de las ruedas y el reparto de energía en el monoplaza RB19. Mientras otros sufrían con la degradación o temores de sobrecalentamiento, Verstappen parecía moverse sobre raíles, extrayendo el máximo cada vuelta, incluso en el complicado asfalto nocturno de Abu Dabi. Además, la sincronización perfecta en las paradas en boxes y la frialdad al momento de defender posiciones clave fueron parte del cóctel ganador.
La temporada 2023 termina así consolidando una era de dominio y excelencia técnica para Red Bull que recuerda a históricos momentos de hegemonía de equipos como Mercedes en los últimos años o Ferrari en la era Schumacher. Sin embargo, el atractivo de este deporte está en su capacidad de reinventarse. El invierno será clave para que equipos como McLaren, Aston Martin, Ferrari o Mercedes encuentren soluciones que permitan volver a luchar por victorias.
Para los aficionados, la espera hasta el inicio de la próxima campaña se llena de expectativas y debates: ¿Se mantendrá la inspiración imbatible de Red Bull o el trabajo incansable de sus rivales empezará a dar frutos? Por ahora, solo queda felicitar, una vez más, la perfección mostrada por los campeones y redoblar la ilusión de ver en pista una batalla más apretada en 2024. Sin duda, el desafío está lanzado y la Fórmula 1 no deja de sorprender.