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¡Descubre por qué Verstappen no imitó la jugada de Hamilton en Abu Dhabi!

¡Descubre por qué Verstappen no imitó la jugada de Hamilton en Abu Dhabi!

Equipo FansBRANDS® |

En la apasionante historia reciente de la Fórmula 1, el Gran Premio de Abu Dhabi se ha convertido en un escenario donde los títulos mundiales pueden decidirse en la última vuelta. Uno de los episodios más recordados fue la táctica empleada por Lewis Hamilton en 2016, cuando intentó ralentizar a Nico Rosberg para favorecer sus opciones al título. Sin embargo, cuando Max Verstappen se encontró en una situación similar en 2021, las circunstancias fueron radicalmente diferentes, impidiendo que el neerlandés utilizara una estrategia similar para asegurarse el campeonato.

La clave de la maniobra de Hamilton en aquel lejano 2016 residía en la necesidad de que su rival directo, Rosberg, cayera fuera de las posiciones de podio para que el británico pudiese arrebatarle el campeonato. Conscientemente, Hamilton redujo su ritmo, tratando de que Sebastian Vettel y otros competidores se acercaran y amenazaran la posición de Rosberg. Fue una táctica audaz, excepcionalmente calculada, que sigue generando debate sobre dónde están los límites del juego limpio en la F1.

En contraste, la situación vivida por Verstappen en 2021 fue un rompecabezas estratégico completamente distinto. Pese a arrancar la temporada con una solidez impresionante y un rendimiento sobresaliente de su Red Bull, Max llegaba a la cita final empatado a puntos con Hamilton, pero con la obligación de adelantar al Mercedes en pista. Los márgenes entre ambos eran tan estrechos que cualquier táctica de ralentización hubiese sido suicida, poniendo en peligro tanto el campeonato como una posible penalización de los comisarios, especialmente dados los antecedentes recientes en cuanto a decisiones polémicas y protestas entre ambos equipos.

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Otra diferencia sustancial fue el papel de los neumáticos y la estrategia de boxes. Mientras que en 2016 los Mercedes dominaban sin apenas oposición táctica y podían permitirse jugar con el ritmo, en 2021 la situación era mucho más abierta y dinámica, con la gestión de las gomas y la amenaza constante de un Safety Car alterando toda la estrategia. De hecho, fueron precisamente las circunstancias del coche de seguridad en las últimas vueltas las que ofrecieron a Verstappen una oportunidad única: parar a cambiar neumáticos y atacar a Hamilton con goma blanda en el sprint final, consagrando una de las remontadas más memorables de la historia moderna de la F1.

Cabe destacar además el clima político y mediático. Los jefes de equipo, Christian Horner y Toto Wolff, estaban sumidos en una batalla dialéctica tan intensa como la que sus pilotos libraban en pista. Cualquier atisbo de manipulación deliberada del ritmo de carrera por parte de Verstappen habría sido severamente cuestionado y posiblemente sancionado, algo que Red Bull no podía permitirse en el contexto de una lucha tan ajustada.

El despliegue de estrategias en la F1 moderna también ha evolucionado gracias a la mayor transparencia radiofónica y la intervención constante de la FIA en la toma de decisiones. Lo que en 2016 fue una jugada límite pero legítima, en 2021 habría sido rápidamente detectado por los directores de carrera y posiblemente penalizado en tiempo real. Así, solo quedaba la apuesta por el talento puro, la velocidad y la toma de decisiones instantánea, contexto en el que Verstappen demostró sus credenciales de campeón mundial.

En definitiva, la batalla de Abu Dhabi no solo fue el desenlace de una temporada memorable, sino también una prueba de cómo la Fórmula 1 exige adaptación constante. Ni los trucos del pasado ni las tácticas históricas garantizan éxito en un presente impredecible. La victoria de Verstappen fue más fruto de la audacia, la inteligencia en boxes y el nervio bajo presión, que de cualquier táctica en la sombra. Y ese es, quizá, el aspecto más cautivador de la F1: su inagotable capacidad para sorprender, reinventarse y permanecer en el corazón de los aficionados.