Desde hace varias temporadas, el dominio de Max Verstappen y Red Bull en la Fórmula 1 parece inquebrantable. El piloto neerlandés ha superado con autoridad cada desafío que se le ha presentado, acumulando victorias y títulos mundiales a una velocidad vertiginosa. Sin embargo, la temporada 2024 ha revelado matices distintos y señales que sugieren que el camino hacia el título de 2025 podría estar lejos de ser un mero trámite para Verstappen. Especialmente, los recientes comentarios de la escudería McLaren nos invitan a mirar más allá de los números y analizar las verdaderas opciones del holandés el próximo año.
En la segunda mitad de la temporada, hemos sido testigos de una recuperación asombrosa de McLaren, que ha pasado de ocupar puestos intermedios en la parrilla a presionar a los Red Bull e incluso arrebatarles poles y podios en varias ocasiones. Lando Norris y Oscar Piastri han demostrado que el MCL38 es ya uno de los monoplazas de referencia del campeonato, y los analistas no dudan en situarles como serios aspirantes para 2025. La clave del resurgimiento de McLaren radica en su desarrollo aerodinámico y en una ejecución perfecta de actualizaciones en carrera, una tendencia que podría fortalecer su programa aún más de cara a la próxima temporada.
Todo esto ocurre en un contexto en el que la ventaja técnica del RB20 ha disminuido sensiblemente. Red Bull comenzó el año con un monoplaza dominante, pero la evolución de sus rivales, y en particular de McLaren, Ferrari y Mercedes, ha reducido la brecha. Ya no existe esa distancia inalcanzable que hacía previsibles los resultados. Además, varios factores internos podrían agregar incertidumbre a la continuidad del dominio de Verstappen: la posible marcha de ingenieros clave como Adrian Newey, la tensión interna generada por rumores acerca de la cúpula directiva, y un mercado de fichajes de ingenieros más activo que nunca.
Resulta evidente que Verstappen sigue siendo uno de los pilotos más completos y agresivos de la parrilla, capaz de extraer décimas imposibles incluso en situaciones adversas. Sin embargo, la Fórmula 1 ha demostrado en incontables ocasiones que nadie puede dormirse en los laureles. El desarrollo tecnológico es feroz, y el margen de error tremendamente reducido. Si Red Bull no es capaz de evolucionar su coche al ritmo de sus competidores directos, Verstappen podría encontrar dificultades inesperadas en la lucha por el campeonato en 2025.
El impulso que han generado McLaren y Ferrari se debe en gran parte a una gestión acertada de recursos, a decisiones estratégicas inteligentes y, sobre todo, a nuevos talentos en el departamento técnico. En Woking, la dirección de Andrea Stella ha insuflado nueva vida en la fábrica, motivando a ingenieros y pilotos por igual. Este espíritu se traslada a la pista, donde Norris y Piastri han dejado patente que McLaren ha vuelto para quedarse entre los grandes.
Por todo esto, no sorprende que McLaren pida prudencia a la hora de otorgar de antemano el título de 2025 a Verstappen. En la historia reciente de la categoría, hemos visto cómo equipos considerados “invencibles” se han visto superados en poco tiempo. El nivel competitivo en la actual Fórmula 1, sumado a un calendario extenso y exigente, implica que mantener la supremacía requiere perfección constante a todos los niveles.
Para los aficionados, este contexto se traduce en una promesa apasionante de cara a la próxima temporada. McLaren, junto a Ferrari y Mercedes, parece estar cerrando el círculo frente al que parecía un Red Bull imbatible. Si la tendencia actual se mantiene, podríamos presenciar una de las luchas más igualadas por el campeonato en la última década. Aunque Verstappen es, sin duda alguna, favorito, el margen se reduce y cualquier pronóstico es más incierto que nunca. El desafío está servido, y los duelos en pista pueden devolvernos la emoción clásica de la Fórmula 1.