El joven piloto australiano Jack Doohan, miembro destacado de la academia Alpine, está en el centro de los rumores sobre un inminente cambio a la exigente Super Formula japonesa. A sus 21 años, Doohan ha visto cómo sus posibilidades de ascender a la parrilla de la Fórmula 1 para la temporada 2025 se reducen, mientras los equipos principales optan por otros nombres en la lucha por los asientos vacantes.
Doohan, hijo del legendario motociclista Mick Doohan, ha construido una sólida reputación en la Fórmula 2, combinando velocidad bruta y versatilidad estratégica. Sin embargo, la saturación de talento y la política interna de las escuderías han complicado su acceso a la máxima categoría del automovilismo. Mientras tanto, la Super Formula japonesa, famosa por su nivel técnico y la competitividad de sus monoplazas, aparece como el siguiente gran reto en su trayectoria profesional.
Este posible salto no solo pondría a prueba su capacidad de adaptación a una cultura automovilística diferente, sino que también le permitiría afinar sus habilidades en un entorno muy valorado por los reclutadores de Fórmula 1. Históricamente, la Super Formula ha sido una plataforma clave para pilotos que buscan consolidar su perfil internacional y atraer la atención de los equipos de F1, gracias al alto nivel técnico y competitivo que ofrece el campeonato japonés.
En los últimos años, la categoría nipona ha sido un trampolín para grandes talentos que han logrado dar el salto o retornar a la Fórmula 1. Destacan casos como el de Pierre Gasly y Stoffel Vandoorne, quienes tras un paso brillante por la Super Formula, regresaron con fuerza al Mundial. Para Doohan, el desafío será doble: no solo adaptarse a los mecanismos propios de la competición en Japón, sino también mantener la visibilidad suficiente para que su notable desempeño no pase desapercibido entre los seleccionadores de la F1.
El calendario de la Super Formula, compuesto por circuitos técnicos y demandantes, supone también una gran oportunidad para que el joven piloto demuestre su madurez y capacidad de liderazgo dentro y fuera de la pista. En el paddock se comenta que la presión en Japón no es inferior a la europea, sobre todo considerando el prestigio que otorga conquistar victorias en tierras japonesas. Los monoplazas, equipados con tecnología de vanguardia y similares niveles de carga aerodinámica a los de la F2, ofrecen el contexto perfecto para perfeccionar la destreza en calificación y gestión de neumáticos, aspectos cada vez más valorados en F1.
A pesar de que Alpine no ha confirmado oficialmente la salida de Doohan hacia Asia, las señales son claras: la búsqueda constante de nuevos horizontes competitivos y la necesidad de exponer a sus talentos a máximos niveles de exigencia. La apuesta japonesa permitiría también la posibilidad de combinar calendarios con roles de piloto de pruebas o reserva en Fórmula 1, manteniendo así su permanencia en la órbita de los grandes equipos europeos.
Para los aficionados a la Fórmula 1, el caso de Jack Doohan es un recordatorio de la feroz competencia que se vive fuera de la pista y la importancia de mantener vivas las opciones, incluso cuando el acceso directo a la F1 parece esfumarse momentáneamente. El paso por la Super Formula podría ser exactamente el impulso que necesita para consolidarse como uno de los candidatos más firmes para un futuro asiento en la categoría reina del automovilismo.
Solo el tiempo dirá si Doohan logrará replicar la historia de otros grandes talentos y regresar a la Fórmula 1 tras un exitoso paso por el lejano oriente. Lo que es indudable es que su decisión, lejos de ser un retroceso, representa una valiente declaración de intenciones y una apuesta sólida por el desarrollo y la excelencia profesional.