El Gran Premio de Brasil 2024 de Fórmula 1 nos dejó un sinfín de emociones tanto dentro como fuera de la pista. Sin embargo, uno de los episodios menos comentados, pero sumamente revelador, involucró a Yuki Tsunoda y Lance Stroll en una maniobra que pasó desapercibida incluso para los propios pilotos implicados y que ha desatado diferentes reflexiones en el paddock acerca de la intensidad de la competencia en el circuito de Interlagos.
El japonés Yuki Tsunoda, piloto de la escudería Visa Cash App RB (anteriormente AlphaTauri), protagonizó un contacto con Lance Stroll (Aston Martin) en la primera vuelta de la carrera. Lo más sorprendente es que Tsunoda confesó tras el evento que ni siquiera notó el contacto en el momento, lo que evidencia el nivel de concentración y adrenalina que viven los pilotos en las fases más turbulentas del Gran Premio, especialmente en las complicadas primeras curvas de Interlagos.
El incidente se produjo cuando una apretada parrilla, con estrategias divididas en neumáticos y una pista con poco agarre tras la lluvia del día previo, generó una maniobra al límite entre varios monoplazas. Si bien la colisión no generó consecuencias graves para Tsunoda ni para Stroll, sí invita a analizar cómo las batallas rueda a rueda pueden pasar desapercibidas entre tanta acción, a la vez que refuerza la importancia de mantener la concentración y el temple incluso ante pequeños toques que podrían derivar en daños mayores.
Durante la entrevista post-carrera, Tsunoda restó importancia al incidente: “No supe de ese contacto hasta que lo vi en la repetición. En ese momento estaba completamente enfocado en avanzar y evitar cualquier tropiezo mayor.” Estas palabras reflejan la mentalidad de los pilotos de Fórmula 1, quienes deben tomar decisiones en fracciones de segundo y, muchas veces, ni siquiera perciben de inmediato las pequeñas colisiones en medio del fragor de la batalla.
Por su parte, Lance Stroll tampoco abordó el contacto como un tema relevante y puso el énfasis en la dificultad de mantener el control del monoplaza en la salida, dadas las condiciones de la pista y la proximidad de sus rivales. Este tipo de situaciones demuestra que, a pesar de la espectacularidad de la Fórmula 1, muchas de las acciones “invisibles” para el aficionado pueden marcar la diferencia en el desenlace de una carrera.
Cabe destacar que Interlagos, con su primera curva en descenso y su estrecho embudo, es uno de los escenarios más propensos a incidentes en la arrancada. La gestión del espacio resulta clave y el menor error de cálculo puede acabar en contacto. Sin embargo, el hecho de que Tsunoda ni siquiera registrara el roce indica el avanzado estado de preparación y resistencia de los pilotos, quienes están habituados a convivir con golpes menores sin perder el ritmo.
El equipo de Tsunoda confirmó más tarde que el AlphaTauri no sufrió ningún daño relevante, permitiendo a Yuki mantenerse en ritmo competitivo durante el resto de la carrera. Aunque finalmente no logró sumar puntos, la actuación del japonés fue uno de los puntos positivos de la jornada para la escudería, mostrando tanto agresividad como madurez táctica.
En conclusión, este episodio pone de relieve la intensidad de las primeras vueltas y cómo los pequeños detalles marcan la diferencia entre lograr una remontada o perder el tren de cabeza. También nos invita a valorar la capacidad de reacción de los pilotos y su sangre fría bajo presión. En la Fórmula 1, hasta lo que los propios protagonistas no notan puede ser determinante para el espectáculo y el espectáculo, una vez más, estuvo a la altura en el Gran Premio de Brasil.
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