El futuro de la Fórmula 1 bajo la presidencia de Mohammed Ben Sulayem: retos, logros y una visión polémica
La Fórmula 1 ha experimentado transformaciones significativas durante los últimos años, en buena parte debido al liderazgo y visión del actual presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem. Desde su llegada al cargo en diciembre de 2021, el dirigente emiratí no solo ha enfrentado algunos de los desafíos más complejos de la era moderna del automovilismo, sino que también ha dejado huella con decisiones que han generado tanto aplausos como polémica entre los aficionados, equipos y pilotos de la máxima categoría.
Uno de los puntos clave durante su liderazgo ha sido el arduo trabajo en la gestión de la competitividad y la imagen de la Fórmula 1 a nivel internacional. Ben Sulayem heredó una Fórmula 1 revitalizada tras la pandemia, pero también con tensiones internas notorias entre la FIA, Liberty Media (los dueños comerciales del campeonato), y los principales equipos. La misión no era sencilla: equilibrar el crecimiento económico del deporte con la protección de su integridad y valores deportivos.
Durante su mandato, la FIA ha implementado nuevas regulaciones técnicas y deportivas, buscando más emoción en pista y fomentar la equidad entre escuderías. Sin embargo, estas medidas no han estado exentas de controversia. Uno de los ejemplos más recordados fue la gestión de las polémicas en torno al límite presupuestario, donde Red Bull fue multado por exceder el tope establecido, sembrando debates intensos sobre la consistencia y severidad de las sanciones impuestas por la federación.
La gestión de Ben Sulayem también ha puesto foco en la seguridad de los circuitos y la evolución tecnológica de la F1. Bajo su supervisión se han reforzado los protocolos de seguridad, especialmente tras incidentes en Grandes Premios recientes como Mónaco y Las Vegas. Ha impulsado también la introducción de innovaciones técnicas para reducir el riesgo de accidentes y colaborar en el desarrollo de combustibles sostenibles y tecnología híbrida, en línea con el objetivo de una Fórmula 1 más verde y responsable.
Sin embargo, el carácter directo y a veces confrontacional de Ben Sulayem ha generado ciertas fricciones con figuras prominentes del paddock. Recientemente, el presidente ha sido protagonista de desacuerdos públicos con equipos icónicos como Mercedes y Red Bull, sobre todo por temas relacionados con las reglas de parc fermé, la gestión de investigaciones en pista y la aplicación de sanciones. Los medios internacionales especulan sobre la supuesta falta de comunicación interna y el creciente descontento de directores de equipo, aunque el dirigente emiratí sostiene que la FIA “escucha todas las voces” y busca velar por el interés común del deporte.
En este contexto, las recientes declaraciones de Ben Sulayem respecto a su posible reelección han aumentado el interés sobre el futuro de la F1. Aunque tiene derecho a cumplir hasta tres mandatos según los estatutos vigentes, el presidente ha dejado caer la posibilidad de dejar su puesto antes del término reglamentario, sugiriendo que no se aferra al cargo y que antepone el desarrollo de la FIA y el automovilismo internacional a su propia continuidad personal. Esta posición ha sido vista como un gesto de apertura y autocrítica, pero también como una respuesta a la presión mediática y a demandas de modernización dentro y fuera del paddock.
Lo cierto es que la gestión de Ben Sulayem ha marcado una etapa singular: ni exenta de dificultades ni ajena al progreso. Ha sabido impulsar debates trascendentales sobre la estructura del campeonato, la inclusión de nuevos equipos y hasta revisar la relación con la Fórmula 1 femenina. Además, ha abierto la puerta a revisiones en los procesos de toma de decisiones, abogando por mayor transparencia y eficiencia institucional, aspectos largamente reclamados por la comunidad del motor.
El futuro de Mohammed Ben Sulayem al mando de la FIA sigue siendo una de las grandes incógnitas de la Fórmula 1 actual. Mientras los aficionados especulan sobre posibles cambios en la cúpula, lo que parece claro es que, para bien o para mal, su legado perdurará y el automovilismo internacional continúa escribiendo páginas apasionantes para los fanáticos del mundo entero.