La Fórmula 1 está a punto de vivir uno de los eventos más llamativos del calendario, el Gran Premio de Las Vegas, donde las expectativas, la emoción y también la incertidumbre se mezclan en el paddock. En el caso de McLaren, el ambiente es de cautela. Lando Norris, uno de los pilotos más brillantes de la actualidad, ha manifestado que el equipo de Woking podría enfrentarse a desafíos notables en las calles brillantes del “Strip” de Nevada. Y es que, aunque McLaren ha demostrado un crecimiento impresionante a lo largo de la temporada, ciertos elementos particulares de este trazado urbano podrían dificultar sus aspiraciones a los puestos de podio.
Desde principios de año, McLaren ha pasado de ser un equipo de mitad de parrilla a uno que constantemente amenaza a pilotos como Verstappen, Hamilton o Leclerc. Sin embargo, el circuito de Las Vegas, con sus largas rectas y curvas de baja velocidad, parece estar diseñado precisamente para exponer los puntos débiles del MCL60. Este monoplaza ha evolucionado mucho en circuitos de carga alta y media, pero su rendimiento sigue siendo inconsistente cuando se trata de rectas extensas y frenadas bruscas: justo lo que Las Vegas exige al máximo.
El propio Norris lo admite sin rodeos, reconociendo que los problemas que McLaren enfrenta en circuitos como Monza o Spa —donde la eficiencia aerodinámica y la velocidad punta son cruciales— podrían repetirse o incluso ampliarse bajo las luces de la capital del juego. “Sabemos que no será nuestro mejor fin de semana, pero eso no significa que vayamos a tirar la toalla”, comenta el británico, apuntando a una estrategia de equipo inteligente y al aprovechamiento de cualquier oportunidad que pueda surgir durante la carrera.
La configuración particular del Gran Premio de Las Vegas también trae consigo circunstancias desconocidas para todos los equipos: el asfalto completamente nuevo, los posibles cambios bruscos de temperatura durante la noche y la gestión del agarre en condiciones inusuales. Este conjunto de variables podría abrir la puerta a sorpresas estratégicas y levantar polémicas sobre los neumáticos y la adaptación de los pilotos. En este sentido, la experiencia y la calma a la hora de definir las estrategias serán fundamentales, y será allí donde McLaren tendrá que confiar en su personal de pista y en el talento de Lando Norris, así como en su compañero, Oscar Piastri.
Además, la sesión de clasificación se perfila como un momento decisivo. Con la posibilidad de encontrar tráfico debido al relieve urbano y la demanda de máxima velocidad en tramos fundamentales, cualquier error mínimo podría marcar la diferencia entre salir en la primera o la quinta fila. Para Norris, será crucial sacar un rendimiento extra del monoplaza y adaptarse rápidamente al circuito para minimizar las desventajas técnicas.
Por otro lado, la afición espera ansiosa ver cómo los equipos interpretan el debut de Las Vegas en el calendario moderno y si McLaren será capaz de sorprender con una solución técnica de última hora o, al menos, de batallar en el pelotón de cabeza. Las expectativas alrededor de la escudería británica se mantienen en alza tras sus últimas actuaciones, pero todos saben que aquí el desafío será diferente.
En definitiva, aunque la cautela reina en el box de McLaren, la Fórmula 1 es, por naturaleza, impredecible. La presión de las luces, el ambiente festivo y la inexplorada pista serán un desafío para ingenieros y pilotos. Los fans, mientras tanto, pueden prepararse para un Gran Premio donde la incertidumbre será la única certeza y donde McLaren buscará, una vez más, desafiar sus propias limitaciones y dar que hablar en el siempre impredecible mundo del Gran Circo.
