El Gran Premio de Qatar de Fórmula 1 dejó mucho de qué hablar, no solo por la espectacularidad de la pista de Lusail y las exigentes condiciones del desierto, sino también por las decisiones estratégicas que marcaron el rumbo de la carrera. Dentro de estos movimientos tácticos, McLaren fue uno de los equipos que más llamó la atención al admitir públicamente que hubo errores significativos en su planteamiento estratégico, especialmente en la gestión de la carrera de Oscar Piastri y Lando Norris.
El jefe de equipo de McLaren, Andrea Stella, ha sido claro en reconocer que la escudería está en un proceso de análisis interno para mejorar su toma de decisiones, después de que el equipo identificara momentos clave en Qatar donde el planteamiento podría haberse optimizado. Aunque McLaren se ha consolidado como el perseguidor más cercano de Red Bull en las últimas citas, la presión y la necesidad de tomar decisiones precisas cuando se lucha por podios han expuesto la importancia de afinar cada detalle estratégico.
La carrera de Lusail presentó desafíos únicos: temperaturas abrasadoras, alta degradación de neumáticos y unos límites de pista muy estrictos que causaron dolores de cabeza a casi todos los pilotos. Bajo estas circunstancias, McLaren intentó asegurar sus posiciones dejando poca flexibilidad táctica a sus pilotos, optando por estrategias conservadoras que, a posteriori, abrieron la puerta a la autocrítica y al deseo de aprendizaje.
Uno de los puntos más debatidos fue la orden de equipo que mantuvo la posición entre Norris y Piastri, justo cuando ambos pilotos tenían potencial para atacar al Mercedes de George Russell. Desde el muro, la directiva se decantó por evitar riesgos innecesarios, pero esto generó cierta frustración, especialmente entre los seguidores de Norris, quienes creen que luchar por el segundo escalón del podio era una opción viable. Andrea Stella comentó en entrevistas posteriores que la decisión se tomó buscando el “bien mayor” del equipo, evitando posibles incidentes entre compañeros. Sin embargo, no descartó que, visto en retrospectiva, podría haberse buscado un enfoque más agresivo.
La reflexión de Stella deja entrever que McLaren se encuentra en transición: de ser un equipo en desarrollo a ser una escudería capaz de pelearles de tú a tú a los pesos pesados de la Fórmula 1. Es precisamente en este umbral donde la toma de riesgos y la gestión precisa de carreras decisivas se vuelven tanto una oportunidad como un reto. La transparencia en torno a los errores propios refleja no solo profesionalismo, sino también el deseo de aprovechar cada lección para futuras competencias.
El avance de McLaren en 2023 ha sido notable, pasando de un inicio complicado a postularse como uno de los equipos con mayor ritmo de mejora. Las actualizaciones implementadas en ambos monoplazas han dado frutos, transformando al MCL60 en un coche competitivo en múltiples tipos de circuito. Sin embargo, con el aumento de rendimiento también llega la presión de capitalizar cada oportunidad en carrera, especialmente cuando las diferencias entre rivales directos como Mercedes, Ferrari y Aston Martin son mínimas.
Las decisiones estratégicas en Qatar servirán como punto de inflexión y aprendizaje para el resto de la temporada y de cara a 2024, donde la batalla por victorias y podios será aún más reñida. Los aficionados pueden esperar que McLaren redoble esfuerzos en la toma de decisiones y mantenga el empuje que lo ha hecho resurgir, apostando siempre por brillar en la parte alta de la parrilla.
Sin duda, la honestidad de Stella y la autocrítica del equipo son señales positivas para una escudería que sueña con volver a los días de gloria. El resto de la temporada será la prueba definitiva de si McLaren puede convertir estos aprendizajes en actuaciones impecables bajo presión. Los fanáticos, mientras tanto, tienen motivos de sobra para ilusionarse: la lucha por los podios está más viva que nunca y McLaren está decidido a ser protagonista.