La temporada 2023 de la Fórmula 1 nos dejó momentos emocionantes y estrategias que marcaron la diferencia, especialmente hacia el final del calendario. Uno de los episodios más destacados fue, sin lugar a dudas, la actuación táctica de McLaren durante el Gran Premio de Abu Dhabi, que demostró cómo la inteligencia en los boxes puede poner contra las cuerdas incluso al dominante equipo Red Bull.
La escudería de Woking desplegó un planteamiento estratégico notable, llevando a cabo paradas de boxes cuidadosamente calculadas y anticipando con precisión los movimientos de sus rivales directos, entre ellos Red Bull y Ferrari. La clave del éxito de McLaren residió en la sincronización perfecta entre sus pilotos y el muro, logrando optimizar la degradación de los neumáticos y sacar el máximo partido al ritmo de carrera en Yas Marina, un circuito que históricamente ha favorecido el rendimiento aerodinámico y la tracción en las curvas lentas.
Lando Norris y Oscar Piastri, los dos representantes de la escudería británica, ofrecieron una exhibición de pilotaje sólido y, más importante aún, de entendimiento con las órdenes del equipo. Desde la largada, mantuvieron un ritmo constante, pero fue durante la ventana de paradas cuando McLaren sorprendió a sus rivales, lanzando undercuts y overcuts en el momento justo para sacar beneficios tanto posicionales como psicológicos sobre Red Bull.
El despliegue táctico de McLaren obligó a Red Bull a salirse de su habitual zona de confort; mientras Max Verstappen y Sergio Pérez trataron de responder a los movimientos estratégicos, el equipo de Woking supo cómo aprovechar al máximo cada vuelta crucial. Además, la gestión de los neumáticos blandos y medios, en contraste con la tendencia de cargar con compuestos más duros, se convirtió en un factor diferenciador. La durabilidad y el ritmo consistente permitieron a Norris y Piastri mantenerse en la lucha incluso cuando la presión Red Bull subía.
Los estrategas de McLaren aprovecharon también la mínima evolución de pista y las características de Yas Marina para maximizar sus detenciones. Lanzaron paradas ligeramente adelantadas o retrasadas respecto a sus rivales, provocando que Red Bull tuviese que reaccionar sin margen de maniobra, lo que a veces los llevó a cometer pequeñas imprecisiones o perder segundos vitales en la lucha por la posición en pista.
Este enfoque agresivo e innovador fue fruto de las lecciones aprendidas durante toda la temporada. El propio director de equipo, Andrea Stella, recalcó que habían observado y analizado cada detalle, desde el comportamiento del coche con distintos niveles de combustible hasta la gestión térmica de los neumáticos bajo presión, datos fundamentales para optimizar la estrategia a una vuelta y en stint largo.
Incluso Christian Horner, jefe de Red Bull, llegó a admitir que la labor de McLaren en Yas Marina fue sobresaliente, y que el planteamiento del equipo británico no solo les puso en aprietos, sino que además elevó el nivel de la competencia en un circuito en el que Red Bull partía como favorito claro.
Para Norris y Piastri, la carrera de Abu Dhabi fue una reafirmación del potencial de McLaren de cara a la próxima temporada. Demostraron que el equipo está en condiciones de desafiar a los actuales dominadores del campeonato, apuntalando no solo un coche competitivo, sino un enfoque estratégico que ha ganado madurez y confianza.
En definitiva, el Gran Premio de Abu Dhabi no solo fue el cierre de temporada, sino también un claro mensaje: McLaren está de vuelta en la lucha. Su táctica audaz y su capacidad de adaptación en carrera fueron la chispa que hizo tambalear el dominio tradicional de Red Bull, prometiendo una batalla aún más intensa para el próximo campeonato.
