La expectación por el Gran Premio de Las Vegas de Fórmula 1 está alcanzando su punto álgido, y Ferrari se presenta como uno de los equipos con mayores expectativas. Pese a los altibajos experimentados en las últimas carreras, la escudería de Maranello llega a Nevada con una confianza renovada y una estrategia redefinida para brillar bajo las luces de la ciudad del juego.
En circuitos urbanos y condiciones inciertas, Ferrari históricamente ha sabido desenvolverse, pero la campaña 2023 ha estado marcada por desafíos técnicos y momentos en los que la fiabilidad y la consistencia les han pasado factura. Sin embargo, el trazado singular de Las Vegas, con rectas largas y curvas de baja velocidad, parece alinearse de manera ideal con las fortalezas del SF-23, el monoplaza rojo que conduce Charles Leclerc y Carlos Sainz.
Uno de los puntos clave para el equipo italiano es la gestión de temperatura en los neumáticos, una variable vital dada la probabilidad de frío nocturno y asfalto poco abrasivo en el circuito de Las Vegas. Ferrari ha aprendido de errores recientes en alta degradación y ahora apuesta por una ventana operativa perfecta de sus compuestos, buscando maximizar adherencia, vida útil y ritmo de carrera.
La configuración del SF-23 será uno de los temas más observados durante el fin de semana. Los ingenieros buscan encontrar el equilibrio ideal entre la baja carga aerodinámica, crucial en las extensas rectas de la Strip de Las Vegas, y la tracción necesaria en las curvas lentas. Los datos recogidos en simuladores y pruebas previas han sido analizados al milímetro para que Ferrari esté preparado para cualquier escenario táctico, desde posibles ‘safety cars’ hasta cambios inesperados de clima.
El papel de los pilotos también será fundamental en la batalla por los puntos gordos. Charles Leclerc ha demostrado a menudo su velocidad en clasificación, lo que podría ser una ventaja clave en Las Vegas, donde la pole position puede ser decisiva por la dificultad de adelantar. Por su parte, Carlos Sainz ha mostrado gran capacidad de adaptación a nuevos circuitos y condiciones desconocidas, haciendo de Ferrari un equipo temido en la parrilla.
Además, las evoluciones técnicas introducidas en las últimas carreras permitirán a los italianos explotar al máximo su potencial en términos de velocidad punta, una característica imprescindible en un trazado donde se espera que los monoplazas superen los 340 km/h. El trabajo conjunto de ingenieros, estrategas y pilotos busca dar el golpe sobre la mesa frente a otros aspirantes como Mercedes y Red Bull.
No obstante, el Gran Premio de Las Vegas no estará exento de dificultades. Cualquier error, por mínimo que sea, puede significar la pérdida de un podio o incluso de puntos valiosos en el campeonato de constructores. La clave estará en la ejecución perfecta tanto en el pit-wall como en la pista, optimizando cada detalle desde la gestión del tráfico en clasificación hasta la elección del momento ideal para los cambios de neumáticos.
Con estos ingredientes, Ferrari no solo ilusiona a sus tifosi, sino a toda la afición de la Fórmula 1, prometiendo una carrera apasionante en el glamour estadounidense. El desafío es enorme, pero en Maranello creen que el escenario de Las Vegas puede ser el punto de inflexión que el equipo necesita para cerrar la temporada con broche de oro. Todo está listo para que la Scuderia despliegue su pasión y talento bajo los neones de la ciudad que nunca duerme.