El Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1 ha dado su pistoletazo de salida de forma caótica y emocionante, con una primera sesión de entrenamientos libres (FP1) que dejó más preguntas que respuestas. Lando Norris, al volante del McLaren, se impuso al cronómetro, seguido muy de cerca por su compañero Oscar Piastri, en una jornada marcada por las interrupciones y la falta de rodaje efectivo. Baku, tradicionalmente una pista que mezcla la alta velocidad con las curvas más retadoras del calendario, volvió a mostrar su carácter impredecible.
Las banderas rojas y diversos incidentes limitaron notablemente el tiempo en pista. La sesión comenzó ya con demoras debido a problemas logísticos con algunos equipos, y apenas unos giros después, una serie de contratiempos obligó a los pilotos a permanecer en el garaje mucho más de lo previsto. El resultado: los equipos tuvieron que comprimir su programa de pruebas en apenas unos minutos limpios de acción real. Esto, a su vez, complicó considerablemente la evaluación de neumáticos y configuraciones, fundamentales para el exigente asfalto urbano de la capital azerí.
Las principales novedades técnicas también hicieron acto de presencia en los coches, especialmente para McLaren, que demostró un avance significativo. El dominio de Norris y Piastri fue interpretado por muchos como una declaración de intenciones de la escudería de Woking, reafirmando su progreso en esta parte de la temporada. Pero, más allá de los tiempos, todos los equipos fueron cautelosos, conscientes de que este Gran Premio adopta el formato sprint, lo que otorga incluso más peso a cada sesión previa a la clasificación.

Si bien McLaren acaparó los focos, los favoritos habituales como Red Bull y Ferrari adoptaron un perfil más bajo pero igualmente efectivo. Max Verstappen, aunque algo retrasado en la clasificación de tiempos, se centró en tandas largas y trabajo aerodinámico, priorizando la recopilación de datos más que la búsqueda de un tiempo rápido que deslumbre en los titulares. Ferrari, por su parte, osciló entre comprobar las mejoras traídas a Baku y ajustarse aún más al comportamiento de los compuestos más blandos de Pirelli, que serán fundamentales en la definición de la estrategia del domingo.
El tráfico, la falta de temperatura en pista y especialmente el viento lateral típico del circuito de Baku añadieron otro nivel de complejidad que se reflejó en varios sustos para los pilotos, algunos de los cuales rozaron los muros sin consecuencias notables, pero dejando clara la extrema exigencia del trazado urbano. Valtteri Bottas, Charles Leclerc y Fernando Alonso fueron algunos de los que reportaron dificultades para calentar los neumáticos y encontrar el equilibrio ideal, un detalle que puede resultar decisivo en las primeras vueltas de carrera.
Lo cierto es que la sesión dejó un panorama abierto y prometedor, con escasa información concluyente pero una sensación generalizada de que cualquiera puede sorprender. La falta de rodaje complica aún más la vida de los ingenieros a la hora de planificar la estrategia, sobre todo considerando que la clasificación y la carrera se disputarán probablemente bajo condiciones muy diferentes a las vistas en estos apresurados libres.
A las puertas de la clasificación, el paddock se inunda de nerviosismo y especulaciones. ¿Será el actual resurgir de McLaren consistente o solo un espejismo bajo circunstancias poco frecuentes? ¿Podrán los favoritos desplegar su verdadero potencial cuando más importe? Las próximas horas serán clave para despejar estas incógnitas en uno de los circuitos más espectaculares de la F1 moderna. Lo que es seguro es que el GP de Azerbaiyán vuelve a prometer emoción, drama y sorpresas de principio a fin.