Con la cuenta regresiva en marcha para el debut de Cadillac en la Fórmula 1 en 2026, la emblemática marca estadounidense ha revelado detalles sobre su ambicioso proyecto de Power Unit, denominado “Technical Partnership Center” (TPC). Esta iniciativa marca un antes y un después en la incursión de fabricantes norteamericanos en el Gran Circo, reflejando la determinación de Cadillac por convertirse en un actor protagónico en la nueva era tecnológica y competitiva de la F1.
General Motors, matriz de Cadillac, ha anunciado que su centro de operaciones estará ubicado en Charlotte, Carolina del Norte, un enclave estratégico que permitirá centralizar el desarrollo y la innovación de su unidad de potencia híbrida. El TPC contará con una infraestructura de vanguardia, enfocada tanto en la simulación como en los test físicos de los futuros motores, usando bancos de pruebas dinámicos de última generación y herramientas digitales para la modelización en tiempo real. El objetivo es claro: maximizar la eficiencia energética, la potencia y la fiabilidad dentro de la limitada ventana reglamentaria que ofrecerán las nuevas regulaciones de la FIA.
El de Cadillac será el primer motor estadounidense en Fórmula 1 desde 1979, lo que añade un atractivo especial para los aficionados de América y supone una auténtica revolución dentro del campeonato. Además, este motor está siendo desarrollado desde cero, integrando la experiencia de General Motors en competiciones de automovilismo tan exitosas como IMSA y las legendarias 24 Horas de Le Mans. La marca busca convertirse en referencia no solo por su tecnología, sino por su capacidad de atraer grandes talentos y ampliar la base de seguidores de la F1 en Norteamérica.

El TPC no solo será el núcleo del desarrollo de la power unit, sino también un centro de formación e innovación continua, donde ingenieros de distintos departamentos de GM colaborarán mano a mano para transferir conocimientos desde otras ramas del motorsport al mundo de la Fórmula 1. Uno de los puntos más destacados es la apuesta por la sostenibilidad, pues el motor empleará combustibles 100% sostenibles y sistemas de recuperación de energía más avanzados que nunca, en línea con la filosofía de futuro de la FIA.
En palabras de los portavoces de Cadillac, el proyecto busca trascender lo meramente técnico: quieren elevar el automovilismo estadounidense a nuevas cotas y demostrar que la combinación de pasión, inversión y talento puede desafiar a gigantes históricos como Mercedes, Ferrari o Red Bull. Según los ingenieros, la prioridad ahora es sumar talento a nivel mundial y ampliar el equipo, asegurando que el motor Cadillac tenga no solo rendimiento puro, sino también la robustez necesaria para afrontar el largo calendario de F1.
El calendario de desarrollo ya va a contrarreloj: actualmente se están probando los primeros componentes individuales y programando el inicio de los test de integración del sistema híbrido a finales de 2024. La meta es clara: estar listos para las primeras pruebas oficiales en 2026, cuando la marca haga historia junto al equipo Andretti, con quien Cadillac mantiene una estrecha colaboración para maximizar las sinergias en chasis y electrónica.
Para los aficionados, la llegada de Cadillac supone una bocanada de aire fresco y una promesa de espectáculo, especialmente pensando en el renacer del ‘American Dream’ en la Fórmula 1. Con la entrada de GM y la ambición palpable detrás del TPC, la categoría reina del automovilismo se prepara para vivir una emocionante batalla tecnológica y deportiva, con Estados Unidos reclamando un papel protagonista en la parrilla.