La temporada 2024 de Fórmula 1 está en plena ebullición, y uno de los equipos que más ha llamado la atención en las últimas carreras es McLaren. Gracias a una impecable estrategia de desarrollo y al talento de sus pilotos, Lando Norris y Oscar Piastri, la escudería de Woking ha mostrado un progreso notable, consolidándose como un serio aspirante tanto al título de constructores como al de pilotos. La actuación en el Gran Premio de Azerbaiyán ha sido la confirmación del poderío de McLaren en este campeonato.
El trazado urbano de Bakú, conocido por sus dramáticos giros y largas rectas, históricamente ha sido propicio para sorprender a los favoritos. Sin embargo, este año la sorpresa no fue la victoria de un equipo tradicionalmente dominante, sino la regularidad y el ritmo impresionante de McLaren, que terminó luchando de tú a tú contra Red Bull y Ferrari durante toda la carrera. El equipo británico ha sabido leer perfectamente las necesidades aerodinámicas del circuito y optimizar la configuración del MCL38, presentando una de las mejores versiones del monoplaza naranja papaya desde su regreso a la élite tecnológica de la F1.
Durante todo el fin de semana en Azerbaiyán, McLaren demostró que las mejoras introducidas en las carreras anteriores no eran casualidad. Las vueltas rápidas en clasificación, la gestión de los neumáticos en condiciones de alta degradación y el temple de sus pilotos a la hora de adelantar han sido las claves de su éxito reciente. Además, se percibe una renovación en el ambiente del equipo, con Andreas Stella como director y un cuerpo técnico rejuvenecido, que está sacando lo mejor de cada área de la escudería. Este espíritu combativo ha contagiado a los mecánicos y estrategas, quienes no dudan en tomar decisiones valientes cuando la situación lo requiere.
Uno de los puntos clave ha sido la simbiosis entre Lando Norris y Oscar Piastri. Ambos pilotos han aprendido a aprovechar fortalezas mutuas: Norris, con su experiencia y consistencia en momentos cruciales, y Piastri, aportando frescura, agresividad y una mentalidad luchadora que ha sorprendido a todos en el paddock. Esta dupla está logrando mantener a McLaren dentro del podio de constructores, siendo la pesadilla recurrente para los estrategas de sus rivales directos.
La gestión de la degradación de neumáticos en Bakú fue ejemplar. Mientras que otras escuderías sufrieron para mantener el ritmo en las largas tandas, McLaren apostó por una configuración que priorizó la estabilidad y el control, lo que les permitió ejecutar la estrategia de boxes sin perder posiciones críticas. Así, la lucha estratégica fue tan apasionante como la batalla en pista, elevando la carrera de Azerbaiyán a uno de los eventos más vibrantes del calendario.
Vale la pena destacar el trabajo realizado en el área de actualizaciones del MCL38. El departamento aerodinámico ha sabido leer las lecciones aprendidas en años anteriores y aplicar soluciones innovadoras, como modificaciones en el fondo plano, mejoras en la refrigeración de frenos y un alerón trasero más eficiente. El resultado es un monoplaza que, sin sacrificar velocidad punta, brilla tanto en rectas como en reviradas secciones técnicas de Bakú, dejando claro que McLaren ya no es un mero espectador sino protagonista del campeonato.
Si bien Red Bull aún encabeza la tabla, la amenaza naranja es más real que nunca. El avance constante y la consolidación de McLaren como aspirante al título añaden una dosis extra de emoción a la temporada 2024 de la Fórmula 1. Con carreras exigentes por delante y circuitos favorables para su monoplaza, la fanaticada tiene motivos para soñar en grande. ¿Será este el año en el que McLaren vuelva a lo más alto del podio mundial? Solo el tiempo y las carreras lo dirán, pero el espectáculo está garantizado.
