La escudería Alpine enfrentó un Gran Premio de México plagado de dificultades y frustraciones, confirmándose como uno de los fines de semana más complicados para el equipo francés en la temporada 2023 de la Fórmula 1. Tras un desempeño prometedor en carreras recientes, tanto Esteban Ocon como Pierre Gasly se encontraron luchando no solo contra la feroz competencia, sino también contra limitaciones técnicas que dejaron en claro la necesidad de cambios en la estructura y estrategia del equipo.
La calificación en el Autódromo Hermanos Rodríguez ya anticipaba un panorama sombrío: Ocon apenas pudo clasificarse en la décimo sexta posición, mientras que Gasly solo logró el decimoquinto puesto. Ambas posiciones pusieron a los pilotos en una situación muy comprometida para la carrera dominical, en un circuito donde las oportunidades de adelantamiento son escasas y el ritmo puro resulta determinante.
La carrera no ofreció muchas más alegrías para Alpine. Gasly tuvo que conformarse finalmente con la misma posición en la que clasificó, mientras que Ocon solo pudo avanzar un par de lugares, terminando fuera de los puntos y frustrado por el rendimiento del monoplaza. Ambos pilotos expresaron su decepción tras la bandera a cuadros, reconociendo que la falta de ritmo y el déficit de velocidad en recta hicieron prácticamente imposible luchar por algo más destacado.
Esteban Ocon fue particularmente claro al describir el sentir dentro del equipo: “No hay mucho que podamos hacer cuando el monoplaza simplemente no responde y carece de la velocidad necesaria. Hemos intentado diferentes configuraciones, pero no funcionaron como esperábamos, así que queda mucho trabajo por delante”. La falta de soluciones inmediatas pone bajo presión a la estructura liderada por Bruno Famin, director interino del equipo, quien ha insistido en la importancia de implementar ajustes significativos a mediano y largo plazo.
Por su parte, Pierre Gasly señaló la dificultad adicional impuesta por las altas temperaturas y la altitud de la Ciudad de México. Ambos factores complican la gestión de neumáticos y la refrigeración de los autos, dos aspectos en los que Alpine tradicionalmente ha mostrado puntos de mejora. Gasly mencionó: “La degradación de los neumáticos fue incluso mayor de lo que preveíamos. Aún así, era imposible mantener el ritmo de los rivales directos”.
Esta discreta actuación llega precisamente en un momento en el que se esperaba más de Alpine, tomando en cuenta las mejoras técnicas introducidas en las últimas fechas. Sin embargo, la brecha frente a equipos como McLaren, Aston Martin e incluso Alfa Romeo parece haberse ampliado debido a la falta de avances visibles en la unidad de potencia y la eficiencia aerodinámica.
A pesar de todo, la temporada aún brinda oportunidades de redención en los Grandes Premios restantes. El equipo se encuentra en plena reevaluación interna, buscando fortalecer no solo el desarrollo técnico, sino también la cohesión y comunicación entre ingenieros y pilotos. Alpine sabe que el tiempo apremia; la llegada de nuevas regulaciones técnicas se avecina y la competencia no perdona errores ni demoras.
La afición francesa, siempre apasionada, sigue alentando al equipo con la esperanza de ver ese salto de calidad que los lleve a luchar por el podio. De cara a las próximas citas en el calendario, particularmente en circuitos de mayor potencia y menos sensibles a la altitud, Alpine deberá demostrar que cuenta con los recursos y el talento para revertir la situación y retomar el camino hacia la zona de puntos.
Sin dudas, el Gran Premio de México servirá como una llamada de atención y un punto de inflexión en la estrategia del equipo. Porque en la Fórmula 1, lo que marca la diferencia no es solo la innovación técnica, sino la capacidad de aprender rápidamente de los tropiezos y convertir la adversidad en una oportunidad de resurgir. Los fanáticos de Alpine esperan respuestas y, sobre todo, resultados positivos en lo que resta de una temporada tan exigente como impredecible.
