La emoción de la Fórmula 1 alcanzó niveles estratosféricos en el Gran Premio de la Ciudad de México, celebrado en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Los apasionados fans mexicanos llenaron las gradas en apoyo a sus pilotos favoritos y, en especial, al local Sergio "Checo" Pérez, en una jornada marcada por drama, sobresaltos y actuaciones magistrales. Con el campeonato de pilotos y constructores ya definidos, las batallas por el podio y los puestos restantes animaron aún más la carrera a más de 2,200 metros sobre el nivel del mar, donde la fiabilidad mecánica y la estrategia jugaron un papel fundamental.
Max Verstappen, el campeón reinante, volvió a demostrar por qué domina la categoría. El neerlandés arrancó desde la tercera posición, pero una salida fulminante y una gestión de carrera impecable le permitieron sumar su décima sexta victoria en lo que va de temporada, rompiendo récords y consolidando su estatus legendario. Sin embargo, el espectáculo no solo se centró en la punta, sino también en los duelos que libraron quienes buscaron redimirse tras fines de semana complicados.
El piloto británico Lewis Hamilton se lució con una actuación magistral al terminar segundo, sacando el máximo rendimiento de su monoplaza Mercedes, sobre todo después de algunos fines de semana difíciles. Esto no solo mantiene vivas sus esperanzas de finalizar como subcampeón del mundo, sino que mostró a los fieles seguidores del británico que su hambre de victorias sigue intacta. Por otra parte, Charles Leclerc, a pesar de sufrir daños en el alerón delantero al principio de la carrera, mantuvo la cabeza fría y logró subir al tercer peldaño del podio, devolviéndole a Ferrari un impulso anímico en el tramo final de la temporada.
Desafortunadamente, no todos pudieron celebrar. El ídolo local, Checo Pérez, vio frustrado su sueño ante su afición tras un contacto en la primera curva con Charles Leclerc, que lo dejó fuera de competencia. La apuesta arriesgada de Checo por ganar en casa demuestra su espíritu luchador, aunque la recompensa no fuera la esperada. La salida prematura de Pérez no solo dejó un sabor amargo para la afición mexicana, sino que también encendió las alarmas en Red Bull sobre la presión que recae sobre su segundo piloto.
Otra de las grandes sorpresas fue Daniel Ricciardo, quien firmó una espectacular actuación a bordo del AlphaTauri. El australiano largó desde la cuarta posición (su mejor quali desde Monza 2021) y, pese a perder algunos puestos en la carrera, batalló con determinación para sumar importantes puntos para su escudería, vitales en la cerrada lucha del fondo de la parrilla. Esta actuación refuerza los rumores de que Ricciardo podría tener opciones en equipos de mayor envergadura la próxima temporada.
Los equipos Alpine y Aston Martin vivieron jornadas opuestas. Mientras Fernando Alonso se vio obligado a abandonar luego de un toque y problemas de fiabilidad, Lance Stroll logró rescatar puntos valiosos para Aston Martin. A medida que la temporada avanza, la lucha por la cuarta plaza en el Mundial de Constructores permanece al rojo vivo, impulsando a cada equipo a encontrar esa décima extra de rendimiento.
Desde estrategias arriesgadas hasta maniobras inesperadas, el Gran Premio de México volvió a recordarnos por qué la Fórmula 1 es el pináculo del automovilismo mundial. Con solo unas carreras restantes, las emociones seguirán a flor de piel cuando la caravana del gran circo se dirija a Brasil, donde los pilotos buscarán cerrar la temporada de la mejor manera posible. Una cosa es segura: la pasión y la imprevisibilidad seguirán siendo protagonistas en este emocionante campeonato.
