El Gran Premio de la Ciudad de México vuelve a demostrar por qué es una de las fechas más electrizantes del calendario de la Fórmula 1. El Autódromo Hermanos Rodríguez, con su atmósfera vibrante y sus seguidores apasionados, fue testigo de una carrera llena de dramatismo en la que Lando Norris no solo brilló, sino que retoma el liderato del campeonato de pilotos luego de un fin de semana inolvidable.
Desde las primeras vueltas, la tensión en el paddock era palpable. Max Verstappen, poleman habitual en estas latitudes, no tuvo el mejor arranque y pronto se vio forzado a defenderse de una estrategia agresiva por parte de Norris y Charles Leclerc. El británico, decidido a dejar atrás la decepción de las carreras anteriores, se mostró sólido y confiado, sacando lo mejor de su McLaren ante una grada que ovacionaba cada maniobra audaz.
La clave del éxito de Norris en México residió en la gestión de neumáticos y la inteligencia estratégica. El intenso calor y la altitud del circuito suelen jugarle malas pasadas a los motores y a los frenos, pero el equipo de Woking supo mantener el temple: un primer stint conservador y un segundo con ritmo demoledor permitieron que el piloto británico se alzara al primer puesto tras las paradas en boxes y supiera contener los embates de Verstappen y Leclerc. El muro de McLaren, liderado por un Andrea Stella visiblemente emocionado en la radio, se llevó los méritos por una sincronización impecable en pits.
Sin embargo, la carrera no estuvo exenta de polémicas y momentos de incertidumbre. La salida de un Safety Car tras el contacto entre Sergio Pérez y Charles Leclerc revolucionó las estrategias. Red Bull apostó por una táctica de ataque, sacrificando el ritmo en la segunda mitad para ir con neumáticos más blandos, pero la maniobra no rindió los frutos esperados. "Checo" Pérez, ídolo local, se vio obligado a abandonar tras dañar significativamente su monoplaza, dejando a la afición mexicana sin el final soñado.
Por detrás, Fernando Alonso y Lewis Hamilton protagonizaron una batalla táctica, en la que la veteranía del español se impuso en varios sectores de la pista, aunque el Mercedes logró finalmente arrebatarle la cuarta posición en las vueltas finales. La zona media vivió también una lucha cerrada entre Alpine, Aston Martin y AlphaTauri, mientras las estrategias divergían entre parar una o dos veces, y la degradación se convertía en la máxima preocupación de todos.
Otro nombre propio de la jornada fue Oscar Piastri, el joven australiano de McLaren, que logró sumar puntos valiosos para el campeonato de constructores y demostró una vez más por qué es considerado uno de los grandes talentos emergentes de la parrilla. Su defensa ante los ataques de Sainz y los Alfa Romeo fue digna de mención y no pasó desapercibida ni para los expertos ni para los fanáticos.
Los resultados en México provocan cambios considerables en la tabla general. La victoria de Norris aprieta el campeonato: el británico supera nuevamente a Verstappen en una temporada que parecía predestinada para el neerlandés, confirmando que la batalla por el título seguirá abierta al menos una carrera más. McLaren, además, se consolida como la escudería revelación del año, acercándose peligrosamente a Ferrari y Mercedes en el Mundial de Constructores.
Con la emoción renovada y la lucha por el título más viva que nunca, la Fórmula 1 se prepara para la siguiente cita. Sin duda, México ha dejado huella como uno de los momentos clave de la temporada, y los protagonistas ya miran hacia adelante, conscientes de que cada punto y cada decisión estratégica serán cruciales cuando la bandera a cuadros caiga al final del campeonato.
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