El Gran Premio de México nos entregó una carrera llena de emociones para los aficionados de Ferrari y, especialmente, para Charles Leclerc. El piloto monegasco volvió a brillar contra pronóstico en el Autódromo Hermanos Rodríguez, alcanzando el podio tras una competencia marcada por los incidentes en la primera curva y una gestión estratégica impecable. El resultado no solo refuerza su posición en la parrilla, sino que también impulsa a Ferrari de vuelta al segundo lugar en el Campeonato de Constructores, por delante de Mercedes.
Leclerc tuvo una clasificación sobresaliente, asegurando la pole position en una lucha ajustadísima. Esta sólida actuación lo posicionó como uno de los favoritos al podio, aunque pocos imaginaban que, dadas las características del circuito y el ritmo de Red Bull, podría competir en igualdad de condiciones. Pese a la presión que representaban Max Verstappen y Lewis Hamilton, Leclerc supo mantener la compostura para defender su puesto ante los ataques en pista y las alternativas estratégicas de sus rivales.
El inicio de la carrera fue caótico. Leclerc estuvo involucrado en un toque con Sergio Pérez y Carlos Sainz en la primera curva, resultando en daños menores en su alerón delantero. Sin embargo, el daño no impidió que el monegasco mantuviera un ritmo competitivo. Con la bandera roja desplegada tras el fuerte accidente de Kevin Magnussen, Ferrari aprovechó la pausa para optimizar la estrategia y reconfigurar la puesta a punto del auto, lo que contribuyó a que tanto Leclerc como Sainz pudieran pelear por las posiciones de podio durante el reinicio.
El desenlace fue vibrante. Leclerc luchó hombro a hombro con pilotos consagrados y, pese a los fantasmas de las últimas vueltas en otras carreras donde los problemas de neumáticos o estrategias erráticas le arrebataron buenos resultados, en México nada le impidió subir al podio. Mantuvo un ritmo sólido frente a Hamilton y resistió el embate de un Sainz competitivo, lo que confirmó la capacidad de Ferrari para adaptarse incluso en condiciones adversas como la altitud y el asfalto resbaladizo de Ciudad de México.
El podio de Leclerc adquiere aún más valor si consideramos la progresión del equipo de Maranello en esta segunda mitad de la temporada. Ferrari ha logrado cerrar la brecha con Mercedes, superándoles ahora por un estrecho margen en la clasificación de constructores. Para los tifosi, es una señal alentadora de cara al cierre del campeonato y especialmente mirando hacia 2025. Además, este resultado vuelve a fortalecer la confianza interna en la gestión de Fred Vasseur, director del equipo, quien ha sido clave en la toma de decisiones bajo presión.
Para Leclerc, este podio significa más que simplemente sumar puntos; representa una inyección anímica tras algunas carreras donde la suerte o la estrategia les jugó malas pasadas. «Estoy tremendamente feliz, no me lo esperaba después del incidente de la primera curva», aseguró el piloto. Sus declaraciones reflejan tanto la sorpresa como la determinación por devolver a Ferrari al lugar que históricamente le corresponde.
Sainz, por su parte, también cerró un buen fin de semana, terminando cuarto y contribuyendo valiosos puntos para el equipo italiano. Ambos pilotos demostraron que la Scuderia puede retar incluso en un circuito complicado para el SF-23, superando dificultades y mostrándose como una amenaza real para la subcampeona Mercedes. El rendimiento mostrado en México puede ser el punto de inflexión necesario para encarar el final del calendario con optimismo.
Con solo unas pocas carreras por delante, la batalla por el subcampeonato entre Ferrari y Mercedes será uno de los focos de atención más interesantes para los fanáticos. Ferrari ha demostrado que, a base de talento, estrategia y capacidad de reacción ante la adversidad, puede volver a luchar al más alto nivel. Habrá que seguir de cerca a Leclerc y Sainz en lo que resta de la temporada, porque si algo quedó claro en México, es que nada está decidido y Ferrari está más vivo que nunca.
