La Fórmula 1 aterrizó en Interlagos con el típico ambiente de emoción y tensión previo al Gran Premio de São Paulo. El único entrenamiento libre del fin de semana, debido al formato Sprint, se presentaba especialmente crucial: los equipos disponían de solo una hora para poner a punto sus monoplazas antes de lanzarse directamente a la clasificación. Con el cielo amenazando lluvia y la pista todavía fresca, la lucha por conseguir datos esenciales se tornó aún más frenética.
McLaren demostró, una vez más, su impresionante estado de forma. Lando Norris logró encabezar la tabla de tiempos, demostrando su rápida adaptación a las siempre cambiantes condiciones de Interlagos. Justo detrás terminó su compañero Oscar Piastri, consolidando el impresionante rendimiento que está firmando la escudería británica en la recta final del campeonato. Ambos pilotos dejaron claro que McLaren tiene argumentos sólidos para pelear tanto en la clasificación como en el sprint.
Pese a que el Red Bull de Max Verstappen partía con el favoritismo, el neerlandés no logró encabezar la sesión, situándose sorprendentemente detrás de los dos McLaren. Esto podría indicar que el equipo de Woking ha encontrado un buen compromiso aerodinámico para las características técnicas del circuito paulista, especialmente en el segundo y tercer sector, donde la gestión del agarre y la tracción resultan fundamentales.
La sesión estuvo marcada por la intensa actividad en pista desde los primeros minutos. Todas las escuderías aprovecharon cada giro para recoger información útil, conscientes de que cualquier error de setup sería casi imposible de corregir de cara a la clasificación. Ferrari y Mercedes trabajaron especialmente en tandas medias con combustible, intentando encontrar el balance perfecto entre la velocidad punta y la estabilidad en las sinuosas curvas de Interlagos.
Una de las sorpresas agradables de la sesión fue el ritmo mostrado por Alfa Romeo, con Valtteri Bottas entre los diez primeros. El equipo suizo podría convertirse en un invitado inesperado a la zona de puntos si logran trasladar estas sensaciones positivas al resto del fin de semana. Por otra parte, Aston Martin pareció tener más dificultades, con Fernando Alonso en una posición más retrasada de lo habitual, señalando posibles problemas para encontrar el equilibrio óptimo en su monoplaza.
El clima fue un protagonista silencioso pero clave; en todo momento existió la amenaza de la lluvia, lo que llevó a muchos equipos a ajustar su programa de trabajo para asegurarse, al menos, una tanda representativa con neumáticos blandos. Incluso con la pista seca, la temperatura del asfalto jugó un papel determinante en la gestión de los neumáticos, un factor que promete influir de manera crítica tanto en la clasificación como en la carrera sprint.
En resumen, la batalla en São Paulo arrancó con máxima intensidad y con McLaren como la gran sorpresa. Norris y Piastri dejaron claro que van a plantar cara tanto a Red Bull como a Mercedes y Ferrari, asegurándonos un sábado de emoción máxima. Con la amenaza de la lluvia en el horizonte y una ventana de preparación tan breve, cualquier pronóstico es arriesgado. Lo que resulta seguro para los aficionados, sin embargo, es que Interlagos volverá a ser el escenario de historias impredecibles y espectaculares batallas en pista. La Fórmula 1 sigue manteniendo su esencia en uno de los trazados más emblemáticos del calendario.
¿Podrá McLaren culminar el trabajo comenzado en los libres? ¿O asistiremos a otra exhibición de Verstappen y Red Bull bajo la presión de sus rivales? La respuesta, como siempre, la tendrá la pista y los impredecibles giros que nos ofrece este gran deporte.
