La temporada 2024 de la Fórmula 1 está resultando especialmente desafiante para la escudería Alpine. Un equipo tradicionalmente asentado como uno de los actores principales del pelotón intermedio se encuentra, tras varias carreras, luchando por encontrar ritmo y soluciones técnicas que les permitan tan siquiera sumar puntos. La situación es alarmante, especialmente para un piloto del talento y la ambición de Pierre Gasly, quien no ha dudado en expresar públicamente su frustración ante el actual rendimiento del monoplaza A524.
Después de otro fin de semana sin puntos, Gasly fue especialmente claro sobre el difícil momento que atraviesa el equipo francés: "No estamos ni cerca de donde deberíamos estar”, aseguró con contundencia al analizar la carrera. El francés, campeón en el pasado con AlphaTauri, recalca que tanto él como Esteban Ocon hacen todo lo posible por sacar el máximo del coche, pero hay una clara falta de competitividad inherente al monoplaza que impide luchar de tú a tú con los rivales directos.
Los problemas de Alpine no han surgido de la noche a la mañana. Desde el inicio de la pretemporada, los indicios técnicos apuntaban a una falta de avances significativos en relación a los principales competidores. Una aerodinámica poco evolucionada, combinada con deficiencias crónicas en el rendimiento del motor Renault, han provocado una brecha difícil de cerrar en un Mundial caracterizado por el avance implacable de equipos como Williams, Haas e incluso Sauber.
Durante la última carrera, tanto Gasly como Ocon estuvieron lejos de entrar en la puntuación. Aunque las estrategias intentaron cubrir diferentes frentes, el déficit de ritmo puro sobre la pista era más que evidente. “Estamos trabajando sin descanso en la fábrica para traer mejoras, pero necesitamos ser honestos y reconocer que la situación es crítica”, declaró un miembro del departamento técnico tras la carrera.
Esta crisis supone un duro revés para un equipo que, hace tan solo dos años, celebraba podios y era considerado una amenaza regular para los grandes. Parte de la frustración de Gasly reside en esta pérdida de estatus competitivo. El piloto francés ha demostrado sobradamente sus capacidades al volante, pero se encuentra limitado por una máquina incapaz de expresar todo su talento en pista. Esteban Ocon, su compañero, enfrenta un desafío similar —y los rumores sobre el futuro de ambos empiezan a surgir en los mentideros del paddock.
Desde la dirección de Alpine aseguran que están trabajando en un ambicioso paquete de mejoras que debería empezar a implementarse en las próximas citas europeas del calendario. Sin embargo, existen dudas legítimas sobre su capacidad de revertir la situación a tiempo para salvar la temporada. La Fórmula 1 moderna no perdona retrasos técnicos: cada carrera es una nueva oportunidad desperdiciada para mejorar en la clasificación de constructores y consolidar la moral de la plantilla.
La preocupación va más allá de los resultados. Alpine es una marca que siempre ha apostado por proyectar excelencia tecnológica e innovación. La falta de progresos significativos en 2024 genera inquietud incluso entre los patrocinadores y aficionados más fieles, quienes observan con preocupación cómo los colores históricos de la escudería lidian jornada tras jornada en las últimas posiciones.
La presión se hace sentir en todos los departamentos del equipo, desde la fábrica de Enstone hasta los directivos en París. Con la parrilla más competitiva de los últimos años, Alpine encara el reto más complicado de su futuro reciente: rearmarse, encontrar soluciones técnicas rápidas y redescubrir la senda del éxito antes de que la temporada se les vaya completamente de las manos. Para Gasly y Ocon, y en general para los fans de un equipo clásico, todavía queda esperanza... pero cada Gran Premio sin mejoras significativas la hace más frágil.
